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El estudio de la comunicación humana ha arrojado que entre el 30 y 40% del peso específico del mensaje se encuentra en las palabras, la restante mayoría porcentual viene dada por una serie de componentes no verbales, también llamada Comunicación No Verbal (CNV) que incorpora, el lenguaje corporal (gestos, expresión facial, háptica, proxémica, apariencia, postura), y el paralenguaje (tono, volumen, velocidad e inflexión de las palabras).
Teniendo en cuenta lo anterior, podemos destacar que el uso de las palabras, por si solas, no ofrecen la suficiente contundencia para convencer e influenciar a los demás. Visto de otra forma, las palabras, si bien son muy importantes en la construcción del mensaje, necesitan acompañarse de las claves no verbales correctas para llegar a nuestro interlocutor logrando el objetivo deseado. En esta combinación de mensajes verbales y no verbales, la coherencia es determinante para comunicar asertivamente.
Lastimosamente, no siempre somos conscientes del control de nuestro cuerpo a la hora de comunicar, y la mayoría de los gestos y expresiones tienden a manifestarte de forma no consciente, es por eso que un buen comunicador debe asegurarse de que su cuerpo transmita un mensaje congruentemente para ser asertivo.
Dominar el arte de la comunicación no verbal te convierte en un comunicador más completo, capaz de establecer relaciones más sólidas, construir confianza de manera más rápida y navegar con éxito en situaciones sociales complejas. Te permite:
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